MALUQUER
Barcelona, 2002.
El espacio que nos encontramos en la primera visita era un parking de planta baja de 170 m2 que se conectaba a un edificio por un túnel de 8 m. Con su planta de geometría trapezoidal disponía apenas de dos lados con aperturas al exterior y era un lugar oscuro, húmedo y abandonado. El objetivo era transformar meticulosamente ese espacio en una vivienda-estudio llena de luz y vida, creando un ambiente sereno y distinguido.
Al ser una planta baja, cualquier abertura al exterior suponía el problema de la visión de los peatones, además eran fachadas protegidas y sus aberturas existentes no iluminaban ni ventilaban suficientemente la vivienda. La primera gran decisión fue introducir literalmente el exterior al corazón de la vivienda, para ello se diseñó un patio resuelto como una pecera de vidrio que se encajó entre los cuatro pilares existentes.
Abrazando ese cautivador patio, un tabique de obra vista con aspecto de muro exterior, define y limita el amplio espacio de salón, cocina y comedor. Alrededor de esta piel se distribuyen todas las estancias que el programa exigía que pudieran cerrarse. El dormitorio, la entrada, el lavadero, el baño y el estudio, se relacionan con este espacio central mediante grandes correderas o ventanas, de modo que todos los puntos de la casa pueden ver el patio, e incluso sentir el sol y la lluvia dentro de la casa, sin renunciar a su privacidad.
El pavimento es una superficie de hormigón pulido que se extiende hasta el patio y alberga la calefacción radiante. Las juntas de desagüe se integran con discreción en la carpintería de hierro, de manera que pasan desapercibidas. Dicha carpintería se realizó con una materialidad que permitiese minimizar las dimensiones de los montantes. En la entrada vuelve a cambiar el pavimento y se mimetiza con la calle adoptando el pavimento de las aceras, evocando la relación con su anterior uso.
Para el acabado del techo se han conservado las bovedillas originales y en cuanto a los paramentos verticales se han trasdosado las paredes perimetrales con yeso laminado y aislante para unas mejores prestaciones. En el caso del baño-vestidor, que ha sido tratado como un pequeño salón donde la bañera es la protagonista, los paramentos están estucados para homogenizar el acabado de la pared de la ducha y el resto, y lo mismo sucede con el pavimento.
Finalmente, en este proyecto de cambio de uso, se consiguió crear un nuevo hogar donde cada rincón tiene su privilegiada vista del patio, convirtiéndolo en un pequeño refugio urbano.
Promotor: Privado
Fotografía: Imanol Sistiaga
04/2002